Es muy importante que antes de empezar a publicar, sepas a quién te diriges. Es decir, es importante que pienses cuál es el público al que quieres llegar, aquellas personas que van a leerte y que, en definitiva, van a ser los que compren tu producto o servicio (debes de saber su edad aproximada, gustos, aficiones, nivel de vida, etc). Un público mayor de 50 años no tiene las mismas aficiones, las mismas prioridades ni los mismos gustos que un público joven menor de 18 años, por ello es importante que determines a quién enfocar, de lo contrario tu mensaje comunicativo no llegará a tus clientes ni crearán ningún tipo de impacto positivo en ellos.

Ahora que sabes cuál es tu público objetivo y tienes información sobre cómo son, adapta cómo te diriges a ellos de modo que se sientan cómodos y cercanos a tu marca. Tienes que establecer una línea comunicativa, un registro que genere cercanía para que sea más fácil interactuar con tus potenciales clientes y se sientan cómodos de hablar contigo.

Piensa que a través de tus redes sociales, estás manteniendo una relación con tus clientes. Es importante que no hables todo el rato de ti, deja de lado el: “yo, yo, yo y después yo”. Tus clientes necesitan contenido de valor, es decir, además de hablar de tus productos o servicios, háblales de temas que les interese, cosas que despierten su curiosidad, que puedan utilizar y les sean útiles, piensa primero en dar, para que después puedas recibir. Regálales ese contenido interesante y ellos te responderán con más fidelidad hacia tu marca y más interacción en tus redes sociales.

Hoy más que nunca el público sabe detectar cuando estás intentando engañarle para tu beneficio o cuando dices la verdad. Para que crean en tu marca, en lo que vendes, es importante que siempre vayas acorde con los valores que son bandera de tu empresa y que mantengas unificados la filosofía de empresa con la comunicación de tus redes sociales. De lo contrario, tus posibles clientes dejarán de tener relación con tu marca porqué tendrán dudas y desconfiarán de ella.

Seguro que te ha pasado alguna vez que has entrado en el perfil de unas redes sociales cuidadas y te ha impactado visualmente. Las imágenes son la primera impresión que te llevas y lo primero que percibes, por eso es muy importante que las cuides y subas imágenes con una buena calidad. No sólo eso, tus imágenes además deben ir acorde con las demás, creando así un conjunto de fotos que siguen todas una misma línea. De este modo tus redes sociales darán una mayor impresión de profesionalidad y generarán más confianza en tus potenciales clientes.

Tener en cuenta qué horas del día y qué días de la semana son mejores para publicar tu contenido es el tipo de detalle que marca la diferencia. Piensa en qué momentos tu audiencia está más receptiva y activa con sus redes sociales (piensa en qué horas del día están ocupadas trabajando y en qué momentos del día descansan y revisan sus teléfonos móviles) y así conseguirás una mayor interacción con tu audiencia.

Si quieres interactuar con tus seguidores, tienes que ser el primero en mostrar un perfil activo, interacciona con ellos, comenta sus perfiles, ponle “likes” a sus comentarios, contesta sus mensajes, peticiones y publica contenido regularmente. Tus potenciales clientes tienen que ver que hay alguien real detrás de la pantalla.